Trescientos sesenta grados [y no, no tiene nada que ver con U2].
Es que precisamente, esa cantidad de grados la voy a tener muy presente desde ahora hasta a ver cuándo se termina todo este proceso. Cuéntoles.
En realidad, mis planes de independizarme y ser una niña grande que se amarra las agujetas solita, no es cosa nueva [sino un lastre que traigo desde que regresé de Canadá], pero por circunstancias que no vale la pena mencionar en el blog porque qué pinches aburridos mis asuntos personales, mis planes se han adelantado demasiadísimo.
Si mi periodicidad para escribir cosas en esta página era nula, pus ahora, que ando de arrimada en una casa de un pariente y con mil cosas que hacer y busque y busque un trabajo fijo y así, va a estar más cabrón que les cuente de mis ligues con taxistas viejitos o de mis traumas de la infancia y todas esas maravillas que sólo me pasan a mi y en las novelas.
De cualquier forma, ahí tiene suficiente material de lectura, sino sígame por Tuitah o lea el otro blog o tenga vida social y aléjese de interné y así.
Ahí cuando el barquito deje de darme vueltas, corro de regreso a ver qué tal me han tratado a mi queridísimo y abandonadísimo blog.
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saludos