Pedradas [Parte II]
Amiguitos, prepárense para la segunda y última parte de mi encuentro cercano de tipo "No-Mames" con un tipo que sacudió mis ñangas vértebras. Es momento de que se agarren los calzones y vayan por un tazón de palomitas para leer esto que "¡ahí viene lo bueno, joven!":
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Volví a recostarme en el pasto nomás para quedarme como tarada sin poder articular palabra alguna, esperando que la virgencita del comal me iluminara con algunas palabras inteligentes, pero nada. Me sentía como una tarada [pero de las grandotas] por estar ahí sin poder platicar como dios manda y sólo soltar algunas frases de manera esporádica y despacito [es que no fuera yo a cagarla —como siempre me pasa— y chula me vería con mis pendejadas].
En una desas, estábamos hablando de la soltería y la felicidad y que qué padre y la verga del muerto cuando, así nomás por el pinche gusto... muy disimulado, agarrome de la mano. Como esas cosas no son de señoritas, volteé en chinga y me le quedé viendo detenidamente esperando que me explicara por qué se atrevía a semejante falta a la moral en plena escuela y sin consentimiento de mis chaperona imaginaria.
Ahí estaba yo viéndolo [salivando copiosamente y a discreción], cuando por fin dijo: —Sólo fue un impulso. A veces es chido seguirlos y hacer lo que sientes... te puedes llevar muchas sorpresas buenas... —por fin volteó y me miró a los ojos— contigo, por ejemplo, siento cómo la adrenalina recorre mis venas... como cuando vas en una moto a toda velocidad, ¿sabes? Así lo siento -y ¡tóooooooomala barbón!
Sí, acercose despacito [mientras yo por dentro cantaba "We Are the Champions" para festejar que por primera vez no la había cagado —o por lo menos no tan cabrón—] y besome tan lento que no se me cayeron los calzones porque no traía falda. Y yo, como no pude resistencia, dejé que hiciera lo suyo y me conquistara con un beso enamorador... desos que sólo él sabe dar.
Nos quedamos en silencio otro rato mirando el cielo y volteando de vez en cuando [muy discretamente... como no queriendo la cosa...] hasta que finalmente lo soltó: —Sé que apenas te conozco, pero siento que te amo... —cualquiera hubiera salido corriendo como vieja histérica ante tal afirmación, pero yo permanecí estoica y muy segura de mi misma, le respondí: —¡Yo también te amo! —porque en realidad, Pedro es mi novio desde hace algún tiempo.
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Y llegamos al final de esta historia, pipols. Los verdaderos protagonistas de semejante drama telenovelesco del Canal del las Estrellas fue protagonizado por mi señor novio Negro [pa' los cuates] y yo meeeesma nomás por el pinche gusto de jugar a que somos otras personas y fingir escenarios y situaciones para conocernos por "primera vez".
Inténtenlo. Verdá de dios que es divertido.
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Volví a recostarme en el pasto nomás para quedarme como tarada sin poder articular palabra alguna, esperando que la virgencita del comal me iluminara con algunas palabras inteligentes, pero nada. Me sentía como una tarada [pero de las grandotas] por estar ahí sin poder platicar como dios manda y sólo soltar algunas frases de manera esporádica y despacito [es que no fuera yo a cagarla —como siempre me pasa— y chula me vería con mis pendejadas].
En una desas, estábamos hablando de la soltería y la felicidad y que qué padre y la verga del muerto cuando, así nomás por el pinche gusto... muy disimulado, agarrome de la mano. Como esas cosas no son de señoritas, volteé en chinga y me le quedé viendo detenidamente esperando que me explicara por qué se atrevía a semejante falta a la moral en plena escuela y sin consentimiento de mis chaperona imaginaria.
Ahí estaba yo viéndolo [salivando copiosamente y a discreción], cuando por fin dijo: —Sólo fue un impulso. A veces es chido seguirlos y hacer lo que sientes... te puedes llevar muchas sorpresas buenas... —por fin volteó y me miró a los ojos— contigo, por ejemplo, siento cómo la adrenalina recorre mis venas... como cuando vas en una moto a toda velocidad, ¿sabes? Así lo siento -y ¡tóooooooomala barbón!
Sí, acercose despacito [mientras yo por dentro cantaba "We Are the Champions" para festejar que por primera vez no la había cagado —o por lo menos no tan cabrón—] y besome tan lento que no se me cayeron los calzones porque no traía falda. Y yo, como no pude resistencia, dejé que hiciera lo suyo y me conquistara con un beso enamorador... desos que sólo él sabe dar.
Nos quedamos en silencio otro rato mirando el cielo y volteando de vez en cuando [muy discretamente... como no queriendo la cosa...] hasta que finalmente lo soltó: —Sé que apenas te conozco, pero siento que te amo... —cualquiera hubiera salido corriendo como vieja histérica ante tal afirmación, pero yo permanecí estoica y muy segura de mi misma, le respondí: —¡Yo también te amo! —porque en realidad, Pedro es mi novio desde hace algún tiempo.
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Y llegamos al final de esta historia, pipols. Los verdaderos protagonistas de semejante drama telenovelesco del Canal del las Estrellas fue protagonizado por mi señor novio Negro [pa' los cuates] y yo meeeesma nomás por el pinche gusto de jugar a que somos otras personas y fingir escenarios y situaciones para conocernos por "primera vez".
Inténtenlo. Verdá de dios que es divertido.
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